lunes, 29 de julio de 2013

U.S.A

Miro a Spike y no puedo evitar sonreír, el muy cabrón me ha regalado el viaje que tanto tiempo llevábamos planeando. Tras nueve horas interminables, aterrizamos en el JFK, ¡por fin! Estamos en tierras neoyorquinas, al mirarle es como si escuchara Empire state of mind de fondo y eso me hace sonreír.
No me ha contado muy bien lo que vamos a hacer, aunque el viaje me lo se más que de memoria. Al parecer estaremos bastantes días en Nueva York, no puedo irme de aquí sin ver la casa de Neal Caffrey, y por supuesto la Estatua de la Libertad, el Empire State y el Central Park. 
Después de NY iremos a Seattle, Portland y Forks; a Spike no le entusiasma la idea, porque sabe que iremos a ver El Escala, el Hearthman, las tiendas donde Bellan Swan compra su vestido de graduación y la casa de los Cullen. El muy estúpido se burla de mí porque espero ver a algún Cullen o al mismísimo Christian Grey, vale que solo son personajes de ficción, pero... soñar es gratis.
Después de estas tres maravillosas ciudades iremos a Los Ángeles, Miami y Las Vegas. "Lo que pase en Las Vegas se queda en las Vegas" me repito a modo de mantra mientras río. Por último iremos a Washington, los dos bromeamos con que cenaremos con los Obama, aunque solo aspiramos a un sándwich mientras admiramos la Casa Blanca.

-En que piensas.- dice Spike, sin poder ocultar su entusiasmo.
-Con un póster de cada ciudad me hubiera conformado. Pero esto simplemente es alucinante.- le susurro mientras pienso: ¡americanitos allá vamos!

No sé porque, pero sé que le debo una muy grande al imbécil de mi amigo. Debe haber estado ahorrando unos siete años, desde que planeamos este viaje. Sin duda alguna le debo unos carnavales en Río de Janeiro.

                                                                                         Kristen Cullen.